lunes, 24 de agosto de 2009

2008 - "La Vieja" Patiño



Nos conocimos en SAFADOS, de allí hasta hoy ininterrumpidamente cultivamos una amistad que se cimenta en lealtades, calenturas, y ese buscarse para lo que más nos gusta corriendo atrás de una pelota. De los pocos con experiencia en el fútbol profesional de nuestro país, privilegiado por la madre naturaleza que le permite mantenerse activo a pesar de medio siglo y pico de existencia, siguiendo tan campante y vigente como pocos en esta vida. Esa misma naturaleza que le lustró la frente hace ya mucho tiempo, circunstancia que intenta disimular con un mostacho prominente que si pudiera se lo implantaría para dejar fuera de juego a quienes lo conocen por el apodo de “Pelado”. El suscrito supo conocerlo en una oportunidad, con algo parecido a pelo. Fue en un partido de fútbol cinco, con cancha a estrenar, sintético nuevo y muchas pelotitas negras de goma de las que sirven de basamento al mismo. En esa ocasión, un quite espectacular lo desparrama por el piso engomado y al levantarse apareció el Patiño joven, con algo parecido a pelo en su testa que provocó la hilaridad de los privilegiados que estuvimos ese día en las canchas de Aguada. “Al Pelado le creció el pelo!!!”, se escuchó decir al Ruso y la carcajada general provocó la detención del partido y el dolor de barriga general producto de la tentación…

Dueño de un carácter especialísimo, reflexivo al punto de escuchar y emitir una opinión no sin antes pensarla bastante, es un referente ineludible del equipo que lo tiene como uno de sus fundadores –aunque se perdió el lechón inaugural- y que a pesar de amenazar cada año con que es el último que juega, a Dios gracias lo tenemos siempre en filas de los Negros con una vigencia que muchos anhelamos poder tener algún día.

Le debía una semblanza como estas porque es de los que siempre está cuando uno lo necesita. Y tamaña lealtad solo se paga con más lealtad y espero no defraudarle nunca esa confianza y su amistad. Si no está en cancha, es una presencia que extraño, porque su experiencia y voz de mando es referencia indispensable para simples aficionados que disfrutamos compartir un equipo de fútbol. Particularmente me siento respaldado al saber que cubre nuestras espaldas, nos ordena, nos alienta, nos baja a tierra, nos enseña… aunque a veces el maestro no aplica sus enseñanzas y se come tarjetas amarillas y/o rojas, por hacer lo que predica que no hagamos. Pero la adrenalina nos limita la capacidad de entendimiento y más aún a esta edad donde las neuronas acusan el almanaque.

No soy la voz oficial del equipo, pero creo no equivocarme al decir que la “Vieja Patiño” es el capitán por excelencia de este equipo que reconoce su ascendencia y voz de mando, que el grupo acata sin discutir. A prueba de “baldes”, se consagró en ese sitial y administra su poder con sabiduría y equidad, lo cual engrandece su postura.

Por todo esto que le debía, es que cada año, (este fue la excepción pues no hubo necesidad), renuevo esfuerzos por contar con su presencia, porque no sería lo mismo sin él en una cancha donde una casaca negra se carga de sudor buscando seguir en carrera pretendiendo postergar el retiro. Ese retiro que dejamos siempre para el año que viene… Salú.

Abril de 2008

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