Domingo 30 de agosto de 2015
Jesús María blanco 3 - Safa Negro 3
Cancha: Jesús María (Ruta 101 km. 30.500)
Hora: 9:30
Goles: Javier (2), Yolanda (1)
El Gaucho Guidi: "un hombre de poca fe"
Este domingo volvíamos luego del parate obligado por las lluvias y la falta de convocatoria. Era el regreso después de una de las peores crisis que ha sufrido este grupo desde aquel 9 de octubre del año 2004 donde -lechón de por medio- decidimos darle vida y no dejar sobras de aquel suino. Desde entonces supimos capear temporales a fuerza de rebeldía, ganas y compromiso. Precisamente este último elemento nos vino esquivando hace largo tiempo hasta que hizo eclosión en las redes. Culpa de una tecnología que nos superó a todos o fruto del desgaste de más de una década en la que la biología comienza a cobrarnos viejas cuentas. Sea cual fuere la razón, nos dispusimos a asumir este último tramo de un torneo con las mismas ganas pero sabiendo que el final del recorrido comenzaría a acercarse a pasos agigantados... o no.
El partido
Escasos 12 integrantes y ningún arquero. Esa carencia -fundamental en cualquier equipo- ya marcaba un mal comienzo. En ese puesto es donde más evidente queda la falta de compromiso de cuantos pasaron por ese puesto que supera cualquier excusa que puedan esgrimir los que por él pasaron. Algunos, hasta de forma inexplicable han abandonado el grupo y este sigue sin saber la causa (Leo). Otros se incorporaron tras un largo período de descanso pero interrumpió la secuencia y nos afecta en gran medida (Rafael). Sean las razones que sean, repito, el grupo las sufre como una herida profunda que lastima mucho, y hoy no sería la excepción.
En el arco arrancó Roberto, línea de cuatro con Jorge y Juan Pablo en zaga, Yolanda y Szodo por los laterales; el medio con Nacho, Martín, Walter y Alvaro; arriba Javier y Barone. Afuera esperaría Tiriba, quien alternó durante todo el partido dando una bocanada de aire necesaria y oportuna.
De pique comenzamos teniendo la iniciativa en una cancha rápida, pero preciosa para jugar. Un muy buen piso que invitaba a tratar bien la pelota y así intentamos con salidas con toques cortos y jugando al pie. Pero una desgraciada jugada en que no tenemos reacción (miro la jugada desde el medio y no atino a bajar a dar una mano), el rival ataca por la derecha, mientras por el medio ingresaría un jugador para cabecear suave pero encontrando a contrapie al Gallego que no logra desviar el balón por más que lo toca. 1 a 0 en contra.
Pero seguimos con intención de juego sin enloquecernos. El circuito del medio con Nacho, Martín y Alvaro funciona bien e invita al juego. Pelota por derecha, desborde de Yolanda, centro para Javier y este que remata mordido pelota pica y se cuela en el arco. 1 a 1 y era justicia con el trámite del encuentro.
Seguimos dando muestras de querer más e inclinar el partido pero una jugada desgraciada tendría lugar nuevamente develando nuestro flanco más indefenso como equipo: el arquero. Y esto no es una crítica para los compañeros que hoy dieron una tremenda mano (Gallego y Barone), jugadores de otros puestos que se calzan los guantes para colaborar y hacer lo que puedan. Pero por algo ese puesto es tan importante, se requiere oficio y mucho tiempo debajo de los palos para poder jugar bien en el mismo. Y encima si no se cuenta con un par de guantes como la gente (que los tenemos pero Rafael no los devuelve a tiempo), entonces pasa lo inevitable.
Ataque por el sector derecho nuestro, lo encara Juan Pablo cerrándole la línea pero no logra impedir el centro, el Gallego intenta descolgarla pero la pelota se le resbala y se le va justo para la cabeza del delantero que nuevamente vence nuestro arco. Un arquero con oficio la saca con los puños, un arquero con unos guantes como la gente, la contiene sin problemas, un arquero improvisado sufre estas pelotas y provoca situaciones de peligro que no son responsabilidad suya. Simplemente no es arquero y punto, hace lo que puede. 2 a 1 abajo y ni respirar el empate nos dejó.
En el segundo los arrinconamos y tenemos varias ocasiones. Ellos no pasan la cancha propia, somos un vendaval negro que empuja y quiere el empate. Roberto pidió a Barone un auxilio para poder jugar un rato y aquel lo acompañó dando muestras de una generosa solidaridad. Pero tampoco es arquero y le ganaron los nervios al punto que le deja servida una pelota a un delantero y nos clavan sin remordimientos. 3 a 1 y no podíamos creer semejante regalo. Pero, ¿qué decirle a Daniel? Solamente gracias, porque son los que se sacrifican y dejan de correr la pelota para asumir un rol que no es el suyo y dan una mano. Se exponen a errores pero ningún reproche es posible ni justificable, solamente decirles GRACIAS!!
Confieso que nos ganó un poco la desesperanza pero igual empujamos. Superamos el impacto y seguimos arrinconando a un equipo que nos sufrió todo el segundo tiempo. Yolanda trocó posición con Tiriba y se quedó arriba. Ingresó luego Walter y Szodo mantuvo el enroque, y de algo sirvió.
Previo al levante, Barone tuvo un par de tapadas geniales que podrían haber sido la debacle final.
Con el enroque no nos fue tan mal. Comenzamos a meter mayor presión, hasta una pelota que saca el rival y los presionamos arriba generando el error, Yolanda pica por derecha, Nacho le cede el balón e ingresa al área, levanta la vista para ver a Javier y lo ve delante suyo por lo que la decisión del pase era anular la jugada, el único recurso era un puntazo al arco. Sale la pelota dirigida de puntín y solo atino a ver como el golero se estira pero no llega a una pelota que coló contra el palo izquierdo. 3 a 2 y el Juez indica que restan 2 minutos. "La puta madre - pensé - dos minutos para morir en la orilla..." pero no.
El rival saca del medio y enseguida conseguimos el balón. No sin ver un quite fenomenal de Juan Pablo que esperó al delantero para restarle la pelota e iniciar la jugada final. Desborde de Alvaro, pelota al medio del área donde esperábamos Javier y Yolanda más atrás. Javier la recibe, media vuelta y gol en la hora. El pitazo del Juez solo dió lugar al grito sagrado de "El Safa no má!!!" Salú.
Una cuestión de fe
El Gaucho le repetía a Tiriba que estábamos regalados en el fondo. Nos van a clavar... esto no lo levantan más, y varios conceptos más de quien si bien nos acompaña desde siempre, esta vez ni una velita a San Expedito prendía por nosotros. Si embargo el gol de Yolanda lo dejó tambaleando y el empate de Javier en la hora, terminaría de consagrarlo como un crédulo confeso de aquí en más a San Safa Negro, patrono de este montón de viejos que no se rinden así no más.
A modo de conclusión:
Confieso que fui este domingo con la firma intención de comenzar un ciclo final y sin retorno. Convencido de una etapa que llegaba a su fin, en un grupo que se fue deshilachando sin remedio. Por suerte los hechos -y los amigos que todavía transpiran la casaca negra- me devolvieron una bocanada de realidad para decirme, fuerte y claro, que acá no se rinde nadie. Que queda mucha rebeldía por delante, que nos merecemos una y mil veces otra oportunidad, que tenemos gente de fierro que la caga (y la seguirá cagando muchas veces más), pero que tienen un corazón enorme y se la bancan, y se disculpan, y se convierten en grandes amigos que no quiero dejar de seguir viendo un domingo a la mañana. Con frío o con calor, con 11, 12, 10 o 9, con arquero o sin él, con guantes o a mano pelada. Pero con algo único que nos identifica hasta que ya no podamos correr más atrás de una pelota. La vieja, transpirada, pero orgullosamente lucida casaca de color negro que nos convocó aquel 9 de octubre con un lechón como excusa. A seguir jugando, que acá NO SE RINDE NADIE!! Salú!!!