Hoy no voy a escribir de fútbol, mucho menos seguir completando información a un espacio que pretendió ser un rincón donde recalar lo mejor de un grupo. Sucede que hoy de ese grupo queda solo un nombre y una casaca que se pensó con otras intenciones.
Venimos incrementando un estado de violencia interno que se refleja cada domingo. No tenemos un referente afuera que ponga orden y respeto; tampoco lo tenemos en la cancha. En el campo de juego solo tenemos egoísmos, justo en un juego donde se gana con el trabajo colectivo. Nos faltamos el respeto consecuentemente. Ya ni ganas de seguir tenemos algunos...
La falta de respeto está campeando hace ya un largo tiempo.
Nos insulta Rafael con su contumaz falta de compromiso. O bien llega tarde o bien no acude a los partidos (de los amistosos jugados este mes no vino a ninguno - si la memoria no me falla- tampoco avisó su ausencia).
Nos insulta Leo, con su "chip" informal activo que lo deja en offside cada vez que promete asistir, confirma asistencia y renueva ausencia pegando el faltazo, siempre con una excusa diferente. Pero siempre con una excusa, y nos pega como un insulto.
Nos insultamos todos, cuando nos gritamos en la cancha. Nos hablamos rematadamente mal. Nos acercamos al invisible y delgado límite de la agresión física (como ocurrió hace poco con Jorge y el suscrito; y también hoy mismo - 18/4- con Pato Moreno y Szodo).
Nos insulta el Gallego con sus baldes permanentes, que llegan al extremo de reventar una pelota afuera en un ataque nuestro o tomar el balón con la mano en el área cometiendo un penal en contra que nos destroza todo esfuerzo.
Los insulto yo, cuando me caliento y hablo mal; los insulto cuando me propongo escribir una bitácora y termino escribiendo esto que jamás pensé llegar a escribir.
Nos insulta Cacho, sin quererlo, con su falta de capacidad para imponer autoridad, pues es - en gran medida- el responsable de este desmadre. Hace un tiempo largo, propuse el regreso de Arturo Scotti. Muchos de los que hoy reclaman un técnico, se negaron. Sabían bien que con alguien con mando se terminaban muchos caprichos y bobadas. Ahora parece haberles caído la ficha.
Nos insultaron varios que negaron la renovación de un colectivo que se viene a pique con actitudes egoístas extremas, al punto que hace varios domingos un histórico como Patiño no viene y nadie mueve un dedo por que retorne. ¿Será que se agradece la ausencia para que no obstaculice el ingreso el próximo domingo? Conste que quien escribe no se rinde y cada domingo lo llama para intentar torcer su decisión de no volver a las canchas.
Nos insultamos cada vez más cuando no somos capaces de generar vínculos como grupo y limitamos nuestro accionar a jugar los domingos. Todos los equipos de esta categoría - casi sin excepción- tienen sus espacios para reunirse. Espacios para construir o reconstruir lo que pudo erosionarse en la cancha. Nosotros no los tenemos.
Las pocas veces que nos reunimos últimamente fue en Las Palmas. Fue un error. Allí es un lugar donde se trabaja, y uno de los integrantes poco tiempo puede dedicar a estar con el grupo. El resto tampoco hace del intercambio algo productivo. Hay que buscar otro lugar y que la reunión sirva como tal.
En fin, que como la cosa no cambie esto se va a la mierda. El final es predecible.
Lamento si a alguno no le gusta lo escrito. Alguien lo tiene que decir y me caben prendas, pues soy uno de los que también se ha excedido en su conducta. Pero también es cierto que espero remover lo mejor de todos para que la cosa cambie. Ya no disfruto los domingos y eso es un mal síntoma que no quiero seguir sintiendo.
Que nadie se sienta excluido pues lejos está en mi sentir el excluirlos, sino todo lo contrario. Pero también es cierto que queremos volver a encontrar aquello que nos llevó un día a formar este equipo. Solo espero encontrarlo con todos, como siempre lo soñé.
Y si alguno sabe dónde quedó aquel SAFA NEGRO, que avise.
Soy uno de los que lo está buscando...
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