viernes, 9 de junio de 2023

Safa Negro en La Plata con la celeste

 Jueves 8 de junio de 2024



URUGUAY 1 - ISRAEL 0
Estadio Único de La Plata - Diego Maradona
Hora: 14:30
Gol: Anderson Duarte




Un "Pato" adelante

La idea es toda suya, una loca idea que terminó prendiendo en varios (aunque algún teñido se bajó), pero que nos fue entusiasmando. Esa misma noche nos pusimos en campaña de lo más importante: sacar las entradas. Algo que nos tiró abajo el primer impulso pues a poco que ingresamos en la página de FIFA (DeporTick) nos tiraba abajo la idea de pique: TODO AGOTADO. Sin embargo el Comandante de Viaje (el Pato) no perdía las esperanzas y el lunes se fue de casa con la esperanza intacta de poder hacernos de entradas, y el tiempo le daría la razón. Al otro día, gracias a la asistencia de una compañera de trabajo, las 4 entradas estaban en la bolsa de los Negros del Safa que nos disponíamos a convertir la Duster en la camioneta celeste de la ilusión mundialista. Y así nos propusimos el viaje a La Plata...

El viaje

Los "4 fantásticos" Negros dispuestos a esta odisea (Notrica, Leo, Pato y Yolanda), nos aprestamos para la partida con liviano equipaje pero una ilusión enorme que no cabía en la camioneta. A poco de las 19 horas ya poníamos rumbo a los accesos para tomar la Ruta 1 hasta el empalme con la Ruta 2 por Rosario y de ahí hasta Fray Bentos, puente binacional e ingreso a "la Argentina" por Gualeguaychú.

El viaje estuvo precioso, algo de niebla baja por tramos hasta que ingresamos al país vecino donde no tuvimos nada de niebla. Eso sí, GPS mediante porque de lo contrario hubiera sido imposible llegar. Así y todo, no faltaron los errores de navegación que nos demoraron debiendo regresar para tomar la ruta correcta.

La diferencia cambiaria es enorme a razón de casi un 4 a 1 en algunos rubros, como por ejemplo el combustible. Así las cosas fuimos con tanque lleno hasta Fray Bentos para luego reponer ni bien cruzamos frontera y empezar "ahorrando" (es increíble la sensación de estar gastando menos!! ja jaja)- Lo cierto es que llenamos el tanque con poco más de mil pesos uruguayos (acá llenarlo ronda casi los 4 mil pesos!!). Pero... la cuestión fue que llenamos el tanque y arrancamos pero no tuvimos la precaución de reponer antes que se encendiera la luz de reserva. Y así, mientras el Pato y Leo dormían, con Pablo al volante sonó una alarma y la luz de reserva dijo presente en el tablero. Tranquilo... tenemos 160 km de reserva según el mismo tablero y así seguimos devorando ruta.

Pero la ruta seguía por delante y ni miras de estaciones de servicio... mientras tanto la luz seguía presente y la preocupación llegó cuando desapareció la cifra de kms previstos en la reserva y solo habían puntos suspensivos. Ahí cambiamos de conductor y tomo el volante con la idea de ahorrar lo más posible mientras cortaba bulones de 16 mm del susto de quedarnos en medio de la nada sin combustible.

Pasamos el puente sobre el Paraná (majestuosamente grande con sus impresionantes tensores) y la oscuridad del entorno nos aumentaba el temor de quedarnos sin combustible, pero no. La Duster se comportó sin problemas y supo cumplir con creces dejándonos llegar hasta Zárate donde por fin pudimos llenar el tanque y seguir rumbo a Buenos Aires, primer punto intermedio antes de poner proa a La Plata, pero...

Leo, de Mago a Magoo

El recambio de conductores era una condición ineludible para llegar con el cansancio distribuido entre los cuatro. Así, con la recomendación del pistero (que terminó siendo una cagada) pusimos rumbo a la capital por la que creíamos era la mejor ruta, pero...

Tomamos la rotonda de la salida de Zárate y nos metimos en la que creíamos era "la mejor ruta" como nos dijo aquel pistero. Al principio era un ruta muy buena, bien señalizada y con poco tránsito; Leo tomó el volante y todo iba bien. El Pato se durmió y Pablo hizo lo propio, con Leo al volante y un servidor como copiloto fuimos advirtiendo que la ruta se ponía rara, dejamos de tener líneas y el entorno se ponía feo. Ninguna señalización ni viviendas en los alrededores, poco o nada de tránsito, todo indicaba que habíamos errado el camino. Se despierta el Pato y pone orden con el GPS: hay que volver, porque por esa ruta estábamos a casi 6 horas de Buenos Aires cuando en realidad debíamos estar a menos de 2 horas y poco. 

El Mago con la pelota en los pies, es Magoo cuando maneja y más de noche, por lo que tomé el volante y dimos vuelta la Duster para volver a la rotonda fatídica que estaba a unos 12 km aproximadamente. Lo concreto y verdadero es que no fue culpa de Leo y que ni bien tomamos la ruta correcta Buenos Aires estaba más cerca. 

En realidad la culpa no era de Leo sino del Pato que cada vez que se durmió nos equivocamos de ruta porque aquella no sería la única. 

Tomé el volante y comenzamos a devorar kilómetros con la idea de llegar pronto a destino. El tráfico era liviano pero no sería por otra razón que por la hora, estábamos en plena madrugada, siendo las 3 AM. Sobre las 4 aproximadamente entramos en Buenos Aires para seguir la ruta a La Plata, donde también el Pato duerme y le volvemos a errar al camino.

Serían cerca de las 5 AM cuando La Plata está al alcance y pretendemos entrar a la ciudad, con un servidor al volante y Pablo de copiloto guiando con el GPS. En el momento de ingresar en lugar de tomar por la derecha lo hacemos por la izquierda y es Magoo quien primero advierte "me parece que ese cartel ya lo pasamos antes"... y tenía razón!!

Porque no faltaría mucho para que viéramos la estación de servicio que habíamos visto por la izquierda en la otra senda pero ahora estaba sobre nuestra mano lo que era la comprobación misma de que no estábamos rumbo a La Plata sino volviendo a Buenos Aires!!! Consultamos la forma de volver y para desgracia nos dicen: "si... 7 km hasta Villa Elisa y ahí pueden regresar""... LPM!!! estábamos ahí y ahora teníamos que hacer como 30 km más entre ida y vuelta!!!

Con ese antecedente el Pato se despertó y empezó a cagarnos a retos desde el asiento de atrás para evitar que nos equivocáramos de nuevo. De ese modo llegamos para otra odisea: conseguir hotel o un lugar donde ir al baño o poder descansar un poco, pero...

Yolanda abrumado y con ganas de volver

Tras recorrer casi hora y media por la ciudad en busca de un lugar para alojarnos sin éxito, terminamos en un Mc Donalds para desayunar y poder ir al baño. Leo se mandó tremenda cagada (literal y real) y un servidor solo un concierto de pedos, pero que sirvieron para devolvernos la integridad y disminuir el bajón que provocaba aquella locura de venirnos sin alojamiento y no haber previsto que el cansancio nos podría jugar en contra.

Lo cierto es que tras esa recorrida sin éxito por hoteles me entró un bajón increíble que me provocó un estado de frustración tal que me hizo sentir abrumado y no disfrutar de todo aquello. Seguramente el cansancio me estaba pasando facturas, porque tras resolvernos a buscar un lugar donde poder estacionar y pegar un poco de sueño nos sentimos un poco mejor. El lugar fue frente al zoológico local, y menos de media hora nos alcanzó para reponer entusiasmo.

Ya estábamos a eso de las 8 y poco de una mañana nubosa y algo pesada. Dimos unas vueltas y dejamos la camioneta en un estacionamiento con un entrerriano muy simpático y entrador que lo convertía en un perfecto porteño ya. Salimos a recorrer el centro con poco tiempo para hacer compras y luego almorzar con tiempo suficiente para llegar sobrados al Estadio.

Si bien el del garage nos había hecho una recomendación gastronómica para comer unas carnes, les propuse almorzar en el estadio de Estudiantes y la verdad que valió la pena. Un precioso lugar muy recomendable para quienes puedan ir hasta La Plata. Y para unos futboleros como este grupo, fue la mejor opción por lejos.

Almorzados y llenos de ilusión celeste, nos fuimos con tiempo suficiente para buscar un estacionamiento cerca del estadio (a unas tres cuadras), y entrar sin inconvenientes de ningún tipo al estadio.

El Estadio Único de La Plata es una obra de ingeniería muy linda que -lamentablemente- no se combina con el estado del campo de juego que ostenta. Mucho menos para quienes un rato antes almorzamos a centímetros de una alfombra verde impecable como el estadio de Estudiantes.

El partido fue muy disfrutable, mucho más con la dulzura del resultado que nos puso en la final del Mundial Sub20, por lo que no voy a comentar nada del mismo.

Fotos en Estadio de Estudiantes

















El retorno 

La vuelta siempre se me hizo más llevadera, seguramente es el deseo de retornar al nido lo que le da esa agradable sensación. Aunque la misma no estuvo exenta de inconvenientes porque ni bien salimos un trancazo nos llevó más de lo esperado con paso lento por más de 40 minutos aproximadamente. Tras el trancazo, el tránsito se hizo más fluido pero claro, en una ruta absolutamente saturada por un tránsito que la llenaba por completo. 

Y ahí se lució el Pato, que estaba como perro con dos colas manejando en la autopista y mucho más cuando entramos en Buenos Aires, donde se lució con creces en medio de un tránsito enloquecedor para unos provincianos de Montevideo.

Cenamos a la salida de la gran capital en una estación de servicios con restaurante y emprendimos el regreso hasta que el Pato cedió volante y tomé la posta mientras se dispuso a dormir un rato. El que no pudo dormir fue Leo, que si no toma la medicación no duerme decía, pero... Se durmió todo el hdp!!!

La parte final fue intensa por el deseo de llegar. El Cte. de Viaje dormía, Leo ídem, y con Pablo de copiloto (que hasta roncó), metí ruta hasta la entrada de Gualeguaychú misma donde tomaría volante Pablo hasta el ingreso al país y donde volvería a tomar el volante hasta Rosario lugar en que asumió el Pato hasta Montevideo.

Reseña final

Un viaje precioso, una idea genialmente impulsada por el Pato que nos regaló una instancia única que solo quien la vive la puede apreciar porque es imposible aproximarse a describir lo que se siente. Y mucho más cuando el final es como uno lo esperaba porque es precioso gritar por tu país en tierra extraña, y mucho más ver el tremendo esfuerzo de unos gurises que dejaron todo en la cancha.

La compañía fue maravillosa, un grupete precioso que no tuvo ni un solo inconveniente donde la convivencia fue tan buena como el resultado.

Una experiencia inolvidable que ojalá podamos repetir pronto. En lo inmediato, nos propusimos disfrutar la preciosa sensación de soñar con una Copa del Mundo, y en lo particular con la propuesta de buscar un campeonato con el SAFA NEGRO en la mañana de un domingo donde Uruguay puede llegar a coronarse CAMPEÓN DEL MUNDO SUB 20. Salú!

Fotos












Videos

Panorámica Estadio de Estudiantes


Por el centro 

Naranjas públicas I


Naranjas públicas II

La periferia de La Plata

Esperando a la celeste

Estadio de Estudiantes de La Plata

















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